Escuchar el tiempo de la naturaleza

Al volcar la mirada sobre nuestro entorno inmediato es posible reconocer la convivencia y más aún, pertenencia, a un contexto natural del que nuestros modos de vida urbana nos han hecho pensarnos alejados. Observar, escuchar, tocar y percibir con atención los espacios en los que existimos permiten que surjan interrogantes sobre nuestras formas de ser en el mundo, de conocer y de crear, y cuestionamientos sobre las divisiones que hemos establecido entre humanos y seres vivos o entre naturaleza y tecnología. Los proyectos de este grupo de artistas surgen de investigaciones sobre los vínculos que mantenemos con la naturaleza, con sus ciclos, el conocimiento que proviene de ella y la mitología creada en diálogo con sus fenómenos y elementos desde el Perú Antiguo hasta el contemporáneo. Estas obras se construyen tomando como referentes a las diferentes formas en que como humanos nos hemos acercado al estudio del entorno natural, ―desde ilustraciones botánicas, creación de mapas, registros del paso del tiempo o narraciones mitológicas―, pero también afirman la importancia de implementar metodologías que establezcan nuevos modos de comunicación y de compresión de los saberes que provienen de la naturaleza. 

Este grupo de artistas proponen potenciar experiencias de intercambio, aprender de las plantas y otros seres vivos, y repensar los conceptos a partir de los que entendemos el conocimiento acercándonos a la comprensión de los contextos desde los mitos, las miradas sobre el tiempo y los ciclos de vida. Sus proyectos se constituyen a partir de procesos de investigación, experimentación y reconocimiento del entorno con materialidades diversas como la cerámica, pintura, sonido, dibujo y el cuerpo mismo. En esta selección de obras están presentes los astros y los libros, junto a imágenes de vida y muerte. Hay recorridos, largos trayectos, hojas proyectadas hacia el cielo y raíces que atraviesan las aceras e interconectan la tierra.  Estos proyectos nos permiten pensar en cómo consolidar un vínculo armónico con el medio en el que vivimos, y desarrollar un diálogo que parece que ha sido silenciado por una constante y apabulladora voz humana. También nos permiten analizar cuáles son esos conocimientos que es urgente reunir hoy, los saberes que harán posible la supervivencia del planeta que compartimos. Podemos empezar dirigiendo la mirada a la naturaleza ―que es como vernos a nosotros mismos― de cerca para escuchar y aprender.

Giuliana Vidarte